Descubre cómo preparar el clásico Moules Frites belga en casa. Mejillones jugosos en salsa de vino blanco acompañados de crujientes patatas fritas.
Receta Auténtica de Mejillones con Patatas Fritas Belga
Descripción
Sumérgete en la auténtica cocina belga con nuestra receta paso a paso de Moules Frites. Aprende a preparar mejillones tiernos en una deliciosa salsa de vino blanco, ajo y hierbas, acompañados de las icónicas patatas fritas belgas. Este plato combina sabores marinos con el confort de las patatas crujientes, ofreciendo una experiencia culinaria única y satisfactoria.
Ingredientes Frescos para Moules Frites Auténticos
Lista de ingredientes (4 raciones)
Preparación Paso a Paso de Moules Frites Belgas
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Limpie los mejillones bajo agua fría, eliminando las barbas y descartando los abiertos.
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Pele y corte las patatas en bastones de 1 cm de grosor. Enjuague y seque bien.
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En una olla grande, derrita la mantequilla a fuego medio. Añada la cebolla y el ajo, cocine hasta que estén transparentes.
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Agregue el vino blanco y lleve a ebullición. Añada los mejillones, tape y cocine por 5-7 minutos hasta que se abran.
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Mientras tanto, caliente el aceite a 180°C. Fría las patatas en dos tandas hasta que estén doradas y crujientes.
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Cuando los mejillones estén listos, añada el perejil picado y sazone con sal y pimienta.
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Sirva los mejillones en su salsa acompañados de las patatas fritas calientes.
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Consejo: Para patatas más crujientes, fríalas dos veces: primero a 160°C por 5 minutos, luego a 180°C hasta dorar.
Nutrition Facts
Porciones 4
- Cantidad por porción
- Calorías 550kcal
- % Valor diario *
- Grasa total 30g47%
- Grasa saturada 8g40%
- Carbohidratos totales 40g14%
- Fibra dietética 3g12%
- Proteína 25g50%
- Calcio 80 mg
- Hierro 6 mg
* Los valores porcentuales diarios se basan en una dieta de 2000 calorías. Su valor diario puede ser mayor o menor dependiendo de sus necesidades calóricas.
Notas
Los Moules Frites, plato nacional de Bélgica, tienen sus raíces en la abundancia de mejillones en la costa belga y la tradición de las patatas fritas. Originalmente un plato asequible para la clase trabajadora, se convirtió en un símbolo de la gastronomía belga. Su popularidad creció en el siglo XX, convirtiéndose en un plato emblemático en brasseries y restaurantes de todo el país, representando la fusión perfecta entre mar y tierra en la cocina belga.
